Miguel Obregón, Juan Pegoraro y Maximiliano Ocampo. Una vergüenza.
El encuentro que terminó en empate, tuvo un arbitraje para el olvido. Nada raro teniendo en cuenta los antecedentes y más si se tratan de ternas chaqueñas.
Jugadas inofensivas que no llevaban a nada eran sancionadas con faltas para San Jorge, y amarillas fáciles solo para un lado (La visita terminó el partido sin amonestados) a pesar de las duras faltas que recibieron Wonner en la mitad de cancha y Panero en su propia área.
Especialmente en el segundo tiempo, varios agarrones, peores que el penal de Benítez, no fueron cobrados por el inexperto árbitro de turno, que mandó a la policía donde estaba la hinchada de LA MAFIA DECANA para presionar a la gente y hacer callar el famoso silbato de los simpatizantes. Si los jugadores se confunden con el sonido de la hinchada, es su problema porque no está prohibido llevar ese tipo de elementos al estadio.
Todo eso sumado al trabajo realizado por el línea que marcaba el ataque de Patria, Maximiliano Ocampo, que levantaba su bandera en cada ataque del Decano, en posiciones adelantadas que solo él las observaba y que eran autorizadas por Pegoraro.
Los formoseños sabemos que esta no será la primera ni la última vez que sucede esta clase de “Choreos” en partidos donde involucren a algún equipo de esta provincia, pero esperemos que algún directivo nacional pueda darse cuenta que con esta clase de árbitros, la violencia crecerá y el fútbol perderá su esencia.
Jugadas inofensivas que no llevaban a nada eran sancionadas con faltas para San Jorge, y amarillas fáciles solo para un lado (La visita terminó el partido sin amonestados) a pesar de las duras faltas que recibieron Wonner en la mitad de cancha y Panero en su propia área.
Especialmente en el segundo tiempo, varios agarrones, peores que el penal de Benítez, no fueron cobrados por el inexperto árbitro de turno, que mandó a la policía donde estaba la hinchada de LA MAFIA DECANA para presionar a la gente y hacer callar el famoso silbato de los simpatizantes. Si los jugadores se confunden con el sonido de la hinchada, es su problema porque no está prohibido llevar ese tipo de elementos al estadio.
Todo eso sumado al trabajo realizado por el línea que marcaba el ataque de Patria, Maximiliano Ocampo, que levantaba su bandera en cada ataque del Decano, en posiciones adelantadas que solo él las observaba y que eran autorizadas por Pegoraro.
Los formoseños sabemos que esta no será la primera ni la última vez que sucede esta clase de “Choreos” en partidos donde involucren a algún equipo de esta provincia, pero esperemos que algún directivo nacional pueda darse cuenta que con esta clase de árbitros, la violencia crecerá y el fútbol perderá su esencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Blog 100% no oficial del Club Sportivo Patria - PSD